jueves, 26 de septiembre de 2013

Tras la tormenta siempre llega la calma...

La chica sonríe, libre, ligera, sin que las lágrimas amenacen de nuevo con escapar. Ha sido uno de los meses más duros, más difíciles de su vida. En demasiadas ocasiones ha sentido como la fuerza se le salía por los ojos y por la boca, en forma de lágrimas y de gritos y sollozos desgarradores. En numerosos momentos ha visto su incapacidad para levantarse, su falta de motivos para poder y querer seguir. Pero por fin vuelve a sonreír. Y ésta vez él no es el culpable de que sonría sin poder ser capaz de evitarlo. Ahora la culpable es ella, su mejor amiga. Han disfrutado de lo mejor. Día de risas y de sonrisas. Día de locuras compartidas. Día juntas. Día de Pitusas.
Sueños que puede que no cumplan, sueños que puede que no lleguen a ver. Pero son sueños. Y ellas sueñan juntas. Eligen los muebles para su casa, con quién compartirán su vida y con quién sus diversiones. Ellas. Son ellas. Vuelven a ser ellas. Sólo ellas. Las mismas chicas locas de siempre. Las mismas que ríen sin motivos porque mientras ríen tocan el cielo. Las Pitusas, sin más. Las que luchan por obtener el primer puesto en el ránking de la locura. Esas que se besan en los labios, las que se abrazan todo el rato. Pitusas forever (young). Jóvenes hasta con 40 años. Pitusas, sin más. Ellas, solo ellas.
Y el mundo vuelve a adquirir color, el color que habían desteñido la tristeza y las lágrimas, lágrimas que al desaparecer eliminan la borrosidad con la que veían el mundo, haciendo que la nitidez vuelva a iluminar sus miradas. La tempestad se ha marchado. La lluvia ocular, los tornados sentimentales y los rayos de tristeza, todos, todo lo malo ha quedado reducido a cenizas. La felicidad ha renacido de sus cenizas, como un Ave Fénix. El sol vuelve a brillar, con mas fuerza, porque ha recargado energías, por y para ellas. Y ahora las ilumina. Hace brillar a esas dulces locas que caminan en la Tierra, en Gandia, por el parking del Carrefour, a las cinco menos cuarto de la tarde, un 5 de Septiembre de 2013, mientras ríen de sus locuras soñadas.
Sin que ellas se den cuenta, sin que lo noten, el Sol les guiña un ojo, las estrellas se alinean y el Yin y el Yan se unen para formar una sonrisa.
Vuelven a ser las mismas.

.Bea.

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